martes, 22 de mayo de 2012

¿QUÉ ES LA ALIANZA CRISTIANA Y MISIONERA?


“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” Mateo 28:19-20
ALBERT BENJAMIN SIMPSON
La Alianza Cristiana y Misionera es una alianza de creyentes evangélicos, unidos en iglesias locales, comprometidos a cumplir la Gran Comisión dada por nuestro Señor Jesucristo. Mateo 28:19 y 20 nos instruye, "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado"

Somos una entidad cristiana porque creemos en Jesucristo y le seguimos como Salvador y Señor. Somos misionera porque nos hemos comprometido a llegar a gente no alcanzada con las buenas nuevas de Jesucristo.

Nuestra declaración de misión dice:Nuestra misión es conocer a Jesucristo; exaltarle como Salvador, Santificador, Sanador, y Rey que Viene; y completar su Gran Comisión por: Evangelizar y discipular a personas a través de los Estados Unidos Incorporarlas en congregaciones Cristo-céntricas, enfocadas sobre su vecindad; Movilizarlas para participación activa en un esfuerzo misionero que tiene como propósito establecer iglesias fieles a la Gran Comisión, entre pueblos no alcanzados así como los receptivos a nivel mundial.
Alemania, Argentina, Australia, Bahamas, Bolivia, Brasil, Burkina Faso, Camboya, Canadá, Congo, Corea del Sur, Costa de Marfil, Costa Rica, Chile, Ecuador, España, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Gabón, Gran Bretaña, Guatemala, Guinea, Guyana Francesa, Holanda, Hong Kong, Hungría, India, Indonesia, Israel, Japón, Jordania, Laos, Líbano, Malasia, Mali, México, Myanmar, Nigeria, Nueva Zelanda, Pakistán, Paraguay, Perú, Polonia, Puerto Rico, República Dominicana, Rusia, Siria, Surinam, Tailandia, Taiwán, Uruguay, Venezuela.
Desde nuestro inicio en 1887, la Alianza ha crecido a una membresía mundial de más de 2.5 millones, incluyendo los Estados Unidos y el Canadá. Desempeñamos ministerios en 56 países y territorios alrededor del mundo.

¿Qué creen los aliancistas?La Alianza enfatiza la necesidad de una conversión espiritual auténtica a Cristo, una vida llena del Espíritu Santo, y servicio eficaz. La declaración doctrinal de la Alianza Cristiana y Misionera se adoptó en 1965. Se ha reafirmado en años posteriores, y permanece como nuestra declaración de fe evangélica. Enseñamos la centralidad de Cristo, que expresamos en la fórmula "Jesucristo-Salva, Santifica, Sana y Viene otra vez".

¿Por qué es diferente la Alianza Cristiana y Misionera?

 
Oremos en Todo Tiempo
La Alianza Cristiana y Misionera es una denominación misionera entregada al evangelismo, discipulado y establecimiento de la Iglesia entre pueblos no alcanzados así como los receptivos a nivel mundial. Preparamos y enviamos al servicio solamente aquellos que tienen una fe sana, son llenos del Espíritu Santo, y tienen pasión por alcanzar a los que no conocen a Cristo.
La Alianza Cristiana y Misionera se compromete a la buena mayordomía. En el uso de dinero practicamos la economía consecuente con la eficiencia. El mensaje de la Alianza es que la persona de Jesucristo es adecuada para satisfacer las necesidades del ser humano entero. Le exaltamos como:

la Palabra viva de Dios
la Revelación suprema del amor divino
el Cordero de Dios que por su sacrificio provee la única salvación para la humanidad
el que es Suficiente para cada necesidad del cuerpo y del alma; la única Esperanza para un mundo de gente perdida
el Rey que Viene.

Nuestro énfasis sobre la persona de Jesucristo surge de nuestra lealtad inalterable a la autoridad e infalibilidad de las Escrituras. Nuestro enfoque sobre la vida de santidad y el poder del Espíritu Santo tiene su origen en las enseñanzas claras de las epístolas del Nuevo Testamento y la doctrina de Jesucristo mismo.

¿Cuál es el trasfondo histórico de la Alianza?La Alianza traza sus raíces al ministerio y visión del Dr. Alberto B. Simpson, pastor presbiteriano impulsado por las necesidades espirituales de las multitudes metropolitanas de Norteamérica y por las de los pueblos no evangelizados en otras latitudes. El Dr. Simpson inició un ministerio vibrante de evangelismo y enseñanza bíblica. Gente de diversos trasfondos denominacionales se juntó con él, gente que también deseaba proclamar las buenas nuevas de Jesucristo. Se sentían obligados por la urgencia de llevar este mensaje a todas las naciones por causa de la declaración de Jesús en Mateo 24:14: "Será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin."

En fin, ¿qué es la Alianza?Muchos observadores a través de los años han intentado explicar cómo la Alianza Cristiana y Misionera logra tanto y utiliza sus recursos con tanta efectividad. La respuesta se encuentra en la lealtad y entrega de los que componen la Alianza a los principios neotestamentarios del evangelismo y discipulado mundial. La gente aliancista cumple dignamente su responsabilidad de administrar los recursos de Dios. Su generosidad en ofrendar y su apoyo leal a los ministerios de la ACyM permiten que la Alianza sea lo que es.

Declaración de FeHay un solo Dios, infinitamente perfecto, que existe eternamente en tres personas: el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.

Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. Fue concebido por el Espíritu Santo y nacido de la Virgen María. Murió sobre la cruz, el Justo por los injustos, como un sacrificio sustitutorio, y todos los que creen en El son justificados a base de su sangre derramada. Resucitó de los muertos conforme a las Escrituras. El está ahora a la diestra de la Majestad en las alturas como nuestro gran Sumo Sacerdote. Volverá otra vez para establecer su Reino de rectitud y paz.

El Espíritu Santo es una persona divina, enviado para morar dentro del creyente, guiarle, enseñarle y darle poder. Convence al mundo de pecado, de justicia, y de juicio.

El Antiguo Testamento y el Nuevo, sin error en su forma original, fueron inspirados verbalmente por Dios y son la revelación completa de su voluntad para la salvación de los hombres. Constituyen la regla divina y única para la fe y práctica cristiana.

El hombre fue originalmente creado a la imagen y semejanza de Dios. Cayó por desobediencia, y así incurrió en la muerte, tanto espiritual como física. Todos los hombres nacen con una naturaleza pecaminosa, están separados de la vida de Dios, y pueden ser salvos sólo por la obra expiatoria del Señor Jesucristo. La porción del impenitente e incrédulo será la existencia por siempre en tormento consciente, y la del creyente será gozo y bendición eterna.

La salvación ha sido provista a través de Jesucristo para todos los hombres; y aquellos que se arrepienten y creen en El son nacidos de nuevo del Espíritu Santo, reciben el don de la vida eterna, y se convierten en hijos de Dios.

Es la voluntad de Dios que cada creyente sea lleno del Espíritu Santo y enteramente santificado, que sea separado del pecado y del mundo y completamente dedicado a la voluntad de Dios, recibiendo así poder para la vida santa y el servicio eficaz. Esto es tanto una crisis como una experiencia progresiva realizada en la vida del creyente subsecuente a la conversión.

Se hace provisión en la obra redentora del Señor Jesucristo para la sanidad del cuerpo mortal. La oración por los enfermos y la unción con aceite se enseñan en las Escrituras y son privilegios de la Iglesia en la presente época.

La Iglesia consiste de todos aquellos que creen en el Señor Jesucristo, son redimidos por su sangre y son nacidos de nuevo del Espíritu Santo. Cristo es la Cabeza del Cuerpo, la Iglesia, que ha sido comisionada por El para ir a todo el mundo como testimonio, a predicar el evangelio a todas las naciones.

La iglesia local es un cuerpo de creyentes en Cristo que se reúne para la adoración a Dios, para edificación a través de la Palabra de Dios, para la oración, el compañerismo, la proclamación del evangelio, y la celebración de las ordenanzas del bautismo y Santa Cena.

Habrá una resurrección corporal de los justos y los injustos; para aquellos, una resurrección de vida, y para éstos, una resurrección para juicio.

La segunda venida del Señor Jesucristo es inminente y será personal, visible, y premilenial. Esta es la esperanza bendita del creyente y es una verdad vital que le impulsa a una vida santa y un servicio fiel.

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